Hacia años que no me tiraba a mi jefe en el baño, pense que nunca más se iba a repetir jefe-empleada.
Se me olvidaba lo excitante que era hacerlo mientras en la cocina seguian preparando platos y en la sala seguian sirviendo mesas, se me olvido lo excitante que es el cambio de JEFE CABRON a AMANTE SUMISO, se me olvido lo bien que lo pasaba.
Y aunque las cosas ya sean distintas por que el tenga una vida aparte, un matrimonio "bien avenido", unos hijos maravillosos, y un futuro prometedor, siempre nos uniran aquellas tardes de sexo en las que yo era una simple adolescente metida a camarera y el un guapo empresario amante de la cocina.
1 comentario:
q situación más morbosa.
a veces apetece un momento así,verdad?.
tu manolito.besos.
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