domingo, 4 de marzo de 2007

Mi paraiso perdido

Cuando era pequeña me solía encerrar en mi habitación, me sentaba en el suelo debajo de la ventana, delante del armario empotrado, encima de una alfombra que tapaba todas las tablas que faltaban por culpa de la humedad.
Me sentaba con un libro, con un cuaderno, con un casette en el que ponía las canciones más tristes que tenía por casa.
Una veces leía mientras escuchaba la música, otras escribía en el cuaderno y otras simplemente lloraba.
Cuando hacía buen tiempo abría la ventana para que entrasen en mi cuarto los olores de la cocina, los gritos de los niños del parque y el olor a tierra y a hierba que tanto me gustaba.
Recuerdo pasar asi años de mi niñez, de mi adolescencia, recuerdo haber estado hay sentada cuando mi padre me regalo a hipo, recuerdo haber estado hay sentada cuando le enseñe a mi hermana a pintar la sal con las tizas de colores, recuerdo haber estado hay sentada cuando mi padre se fue.
A mi espalda estaba el armario, con sus paredes empapeladas, ya llenas de moho, dentro del armario solo quedaban algunos abrigos viejos, libros del colegio de mi hermano y juguetes mios y de Irene, juguetes con los que ya no jugábamos por que olian a humedad....todo olía a humedad.
Cuando llovía como la ventana no cerraba bien y estaba oxidada la lluvia se colaba dentro por la pared, que ya habia dejado que una mancha negra se hiciese con ella.
En mi rincón me emocione leyendo Edad prohibida, me enfade cuando mi padre me regaño por algo que había escrito, y llore, llore cuando mi madre me pidio ayuda para hacer algo que era muy dificil para mi.
En mi rincón aprendí a hablar conmigo misma, aprendí que era más fuerte que cualquiera, aprendí que estaba sola, y apesar de que el olor a humedad se habia adherido a mi piel a mi me parecia el lugar más maravilloso del mundo.
Allí estaba segura, allí podía ser quien quisiese ser, podía imaginarme una vida fuera de aquel moho, y ahora que tengo esa vida a veces echo tanto de menos mi rincón.

Gracias a mis padres que gracias a su abandono yo encontre mi paz

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